Me deslicé sobre la cuarta, senti las vibraciones, aumentar su frecuencia sobre las yemas de mis dedos, se oyeron armonias escapar de su caja, vibró también mi visión, y escapose una lagrima, entramos en comunión, luego nos perdonamos, nos entendimos, y trasnochamos prendido uno del otro sin dar lugar a ningun interludio.
lunes, 9 de marzo de 2009
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